El componente vascular de las demencias

El componente vascular de las demencias

Los cuadros demenciales en personas mayores constituyen patologías reconocidas desde hace muchos años. No ocurre otro tanto con los mecanismos que los provocan. De hecho, en los tratados de Neurología figuran clasificaciones diversas en las cuales se distinguen diversos tipos o variedades de demencia, la mayoría de las cuales involucra a pacientes ancianos, que padecen otras enfermedades concomitantes.

Pero recientemente, y en el XLVII Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, se presentó un informe en el que se sostiene que podrían existir mecanismos de producción mixtos. Se trata de interesantes ponencias como las del Dr. Alfonso J. Cruz Jentoft, presidente de la Sociedad de Medicina Geriátrica de la Unión Europea. Este experto señala que en más del 80% de los cuadros demenciales de origen degenerativo (como la enfermedad de Alzheimer) existe un componente vascular. Estas afirmaciones plantean el hecho de que en realidad son relativamente pocos los casos de demencias “puras”.

De hecho, en la mayoría de quienes padecen enfermedad de Alzheimer se registran factores de riesgo vascular e incluso lesiones o patología vascular del sistema nervioso central. Estos hallazgos suponen entonces la necesidad de efectuar una intervención que tenga en cuenta estas variables. En el simposio internacional donde se tocó la problemática de la enfermedad de Alzheimer con componente vascular, se enfatizó la importancia de reconocer las alteraciones, que implican criterios terapéuticos definidos.

Demencias y factores de riesgo

Más allá de las consideraciones científicas, en el avance y clarificación de los cuadros de Alzheimer, existe un aspecto que debe destacarse.
Se trata de la importancia del reconocimiento de los denominados factores de riesgo vascular.
Entre los factores de riesgo vascular, podemos mencionar a:

• la hipertensión arterial (elevación de la presión arterial)
• la hipercolesterolemia (cifras elevadas de colesterol circulante)
• la diabetes mellitus (enfermedad metabólica caracterizada por un accionar reducido o ineficaz de la insulina)
• el tabaquismo
• el sedentarismo
• la obesidad

La identificación de estas condiciones que favorece la aparición de trastornos cardiovasculares y cerebrovasculares es crucial, para poder implementar medidas de tratamiento, pero por sobre todas las cosas, de prevención. En efecto, si pensamos que dentro de la afectación del Alzheimer existen causas de tipo degenerativo, pero también vasculares: ¿Por qué no apuntar a reducir este último?

En este sentido, es importante tener presente que cada vez más se insiste en pensar no tanto en la prevención de situaciones particulares, como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares o incluso algunos tumores, sino a pensar en prevención de enfermedades crónicas.

A partir de los hallazgos del simposio europeo tal vez debería incluirse a las demencias vasculares (componente significativamente frecuente aun en cuadros considerados como degenerativos), dentro de las afecciones crónicas susceptibles de corregirse incluso con medidas sencillas como cambios en el estilo de vida (práctica de ejercicio físico, supresión del cigarrillo, descenso del peso corporal), ayudados por el empleo de fármacos destinados a controlar la hipertensión arterial, hipercolesterolemia y diabetes.

Dr. Pablo Corral.
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