Artículos para Pacientes. Dr. Pablo Corral

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Dr. Pablo Corral. Especialista Jerarquizado Clínica Médica. www.icm-mdp.com

jueves, 7 de febrero de 2013

Cuando el corazón pierde el ritmo



Cuando el corazón pierde el ritmo
Las arritmias cardiacas son un conjunto de alteraciones del ritmo del corazón que pueden tener diversos orígenes, manifestaciones y consecuencias.
El corazón es un órgano noble al que se le atribuyen, tanto desde el punto de vista de la Física, de la Medicina, y del lenguaje metafórico y popular muy diversas acepciones. Así, no nos extraña que se lo describa como una “bomba infusora”, un mecanismo de compuertas y cavidades, algunas de las cuales se comunican entre sí, el centro de algo (“el corazón de la ciudad”), y el lugar donde reside el cariño y el amor, al que los poetas inevitablemente mencionan cuando se trata de simbolizar precisamente el núcleo de los sentimientos.
Pero si nos ponemos a analizarlo desde un punto de vista menos parcial, el corazón puede describirse como un órgano (víscera) hueco, que tiene por función coordinar la llegada de sangre que, partiendo de los tejidos deberá oxigenarse en los pulmones, y el envío posterior de la sangre cargada de oxígeno hacia los tejidos de todo el cuerpo de un individuo. Siendo la sangre un líquido vital para el organismo (por que es el medio donde se transporta el oxígeno y las sustancias que nutren y protegen al cuerpo), se comprende que el corazón que la impulsa juegue un papel preponderante en la funcionalidad de la vida de los animales y, por supuesto, del hombre.
Pero para que sus funciones se cumplan de manera coordinada es necesario que reúna una serie de condiciones:
  • tener una suficiente masa de tejido (músculo miocárdico) 
  • tener una suficiente irrigación sanguínea (que es proporcionada por arterias, denominadas coronarias) 
  • un sistema que dirija las etapas en las cuales cada una de sus cavidades se dilata (para que entre la sangre) y se contrae (para que salga la sangre); esta coordinación también interviene en el movimiento de la válvulas, que regulan como compuertas la apertura de las distintas cavidades y de las venas cavas (que desembocan en la aurícula derecha) y la arteria aorta (que sale del ventrículo izquierdo). 
Este último mecanismo es de una precisión imprescindible para poder hacer que todo este “juego” se repita una y otra vez, a lo largo de todos los minutos, de todos los días, de toda la vida de un ser vivo.
La electricidad es el secreto
Para poder cumplir con estas funciones, en el corazón existen una serie de estructuras especializadas que tiene la propiedad de generar estímulos eléctricos que se traducen en contracciones del músculo cardiaco. Estas células se reúnen en lo que se denomina nódulo sinusal, que es un marcapasos natural del movimiento cardiaco. Así, a los largo de un minuto pueden producirse entre 60 y 100 latidos, que dependen de la capacidad de esta estructura nerviosa.
Cuando este delicado mecanismo falla, por diversas razones, se produce una alteración del ritmo normal de contracción y dilatación cardiaca, es decir, se origina una arritmia cardiaca.
Las arritmias cardiacas, de ese modo, son los trastornos que interfieren con el ritmo cardiaco normal, de diverso modo.
En efecto, existen arritmias llamadas taquiarritmias, de las cuales la más conocida es la taquicardia. Con el nombre taquicardia conocemos a la alteración de la frecuencia cardiaca, por encima de los 100 latidos por minuto. Cuando la frecuencia se reduce, se origina un enlentecimiento del ritmo conocido como bradicardia, en ese caso, la frecuencia cardiaca disminuye a menos de 60 latidos por minuto.
El origen es muy diverso: puede ser consecuencia del uso abusivo de sustancias estimulantes (cafeína, anfetaminas, etc,), por ansiedad o angustia, por problemas de irrigación sanguínea del corazón, secuelas de infarto de miocardio, malformaciones congénitas, etc., 
Otro tanto sucede con sus consecuencias: pueden pasar desapercibidas y sólo detectarse en una revisación médica de rutina, o puede producir, sensación de palpitaciones, angustia, pérdida de conocimiento o dolor en el pecho. 
En todos los casos, los especialistas tienen recursos como para detectar el trastorno, teniendo como aliado al electrocardiograma, y una serie de medicaciones que ayudan a resolverla. Por este motivo, no subestime síntomas como los ya mencionados y consulte a su médico.

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